Tasa de rebote

La tasa de rebote es una métrica que hace referencia al porcentaje de usuarios de un site que lo abandonan sin interactuar con ninguna otra página, que “rebotan” en la misma página a la que entraron (por ejemplo, porque el usuario no ha encontrado lo que buscaba). En una palabra, es el “rechazo” de los usuarios al entrar a una página web, y una medida de eficacia de la misma.

Esto es, entrar en una página web, y cerrarla, sin siquiera acceder a alguna de las pestañas que ofrece: “tienda”, “sobre nosotros”, “galería, etc. En este punto, también se incluirían aquellos usuarios que permanecieron en el sitio web hasta que su sesión caducó.

Viene representada en porcentajes y es una métrica muy común para reflejar los KPI (Key Performance Indicator, o en español, Indicador Clave de Actuación): Número de visitas a una única página / Número total de visitas.

Así, para calcular la tasa, si la publicación de un enlace ha supuesto 100 visitas a ese site, de las que 64 han hecho clic en otra página del mismo sitio mientras que 36 no, la tasa de rebote sería ese 36 por ciento. Por lo que cuánto mayor sea este porcentaje de visitantes (tasa de rebote alta), peor estará funcionando nuestra página.

En el punto contrario, una tasa de rebote alta, no tiene por qué suponer un mal dato: imaginemos que el usuario ha memorizado nuestra página en los marcadores de su navegador web. Entra cada día varias veces, revisa el contenido de esa página, y cierra el navegador web. El mismo planteamiento sirve en caso de que tengamos una “single landing page”, ya que simplemente deslizando el contenido está visualizando todo lo que el sitio le ofrece. En estos casos, podemos estar hablando de un cliente fiel, pero que no tiene interés en otro contenido del que ofrecemos, o que ha encontrado su propósito en la primera página.

Es importante mencionar también que esta tasa se puede usar segmentando los datos, por ejemplo para páginas concretas, de modo que podamos analizar los fallos y ayudarnos a optimizar nuestro site mediante la analítica web (Google analytics).

Las tasas de rebote varían según el sector, ya que no es lo mismo entrar en páginas web dedicadas a la compra online, como una tienda de moda, que a una página de noticias o un blog. En la primera, se suelen hacer varias búsquedas y se comparan productos en dichos resultados de búsqueda, mientras que en la segunda, se suele entrar a visualizar un contenido concreto. De hecho, en el caso de los blogs, en ocasiones el contenido se suele mostrar de forma continua, en una sola página.

¿Cómo reducir esta tasa de rebote?

Básicamente, mejorando la experiencia del usuario: desde hacer accesible el contenido de la página web en cualquier dispositivo (incluyendo dispositivos móviles) de forma que la velocidad de carga sea rápida, pasando por ofrecer contenido de calidad que incluya contenido audiovisual (videos e imágenes), pero evitando demasiados pop-ups. En cualquier caso, añadir una caja de búsqueda y sobre todo, un chatbot puede ser una solución muy útil para evitar perder usuarios en su primer acceso a la página web.

También puede ayudar no abusar de anuncios, que los botones de “llamada a la acción” sean lo suficientemente atractivos como para ser usados y mostrar el contenido fácilmente.

No nos olvidemos del mencionado SEO: brevemente mencionaremos que las etiquetas, palabras clave y meta descripciones deben estar optimizadas.

Hay que tener en cuenta que la tasa de rebote ha de ser analizada conjuntamente con el tiempo de duración de la sesión, el rendimiento de la página respecto en cuanto tarda en cargar contenido, visibilidad y usabilidad (no es lo mismo leer en un teléfono móvil que desde un ordenador con gran pantalla), etc.

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